DESDE 2015
CONNECT + DEVELOP + INNOVATE
Supervisor Creativo en la agencia de innovación creativa FLUOR Lifestyle. Profesor de conceptualización creativa del Posgrado en Branded Content y Transmedia Storytelling. Conferenciante en lugares como la Universidad Complutense de Madrid o ICADE. Ha trabajado para marcas como ING, Movistar+, NBCUniversal, Pescanova, Control o la RAE.
Si quieres ver proyectos así, puedes hacerlo en nuestra web de FLUOR en este link.
Las narrativas interactivas son aquellos tipos de historias, dando igual su clasificación, género o plataforma, que necesitan de la respuesta directa de un espectador o usuario para ser consumidas, ya sea a través de una acción física, clic, scroll, interfaces de voz, ventanas emergentes o nuevos formatos adaptados.
Pero, ¿por qué debería yo o mi organización plantearme producir o adentrarme en los contenidos interactivos? Primero de todo, porque la tantas veces nombrada generación millennial ya pasa más tiempo consumiendo contenidos en plataformas en las que sus integrantes tienen el control que en entornos de consumo lineal, según este estudio de la Consumer Technology Association. Segundo, porque en un entorno de extrema competencia en la producción original y en el marketing de contenidos (vale para cualquiera de los bandos) es completamente necesario diferenciarnos de la competencia. Y tercero, porque podemos, a través de una serie de arquetipos narrativos interactivos, involucrar al espectador y permitir que la ficción gire en torno a su intención y su momento de consumo, personalizando completamente la experiencia para cada persona.
Primero la historia, luego la tecnología
Sí, ya sé que se ha dicho muchas veces, pero es obligatorio recordar que la tecnología es un complemento, un añadido que nos permite llegar a un público diferente y sumergirnos dentro de la trama. Nunca será una excusa o un valor diferencial suficiente como para dejar de lado el valor de un buen guión. La tecnología será siempre un catalizador hacia un público concreto, no un velo que tape agujeros en la historia. Por lo que en la hoja de ruta se debe trabajar en el orden “trama – audiencia – tecnología” para conseguir los mejores resultados.
Publicado en: Nuevas narrativas
Hace un tiempo, absorto en mis redes sociales, me topé con un artículo de un medio cinematográfico donde anunciaban los estrenos que llegarán a la gran pantalla española durante el 2017.
Como buen aficionado al séptimo arte me vi obligado a bucear entre las fotos de promoción de las películas y mi desilusión no pudo ser mayor. Por deformación profesional, publicitario de capa y espada, siempre busco un toque de originalidad en las películas para decidirme a verlas y es aquí donde encontré el problema. Algo que ya intuía y nunca me había atrevido a poner a debate.
La cartelera de este año cuenta con 232 películas (la lista completa se puede consultar aquí). Bien, de todas éstas 138 son remakes, adaptaciones o segundas partes (¡incluso octavas como en el caso de Fast and Furious!) de historias que ya hemos visto. No falte anotar que la mayoría de apuestas originales proceden del cine independiente, del cual, como ya sabemos, pocas producciones acabarán en la gran pantalla del público generalista o las grandes distribuidoras. Tan solo el 40,5% de todos estos films cuentan con cierto grado de novedad. ¿Qué les está pasando a los guionistas? ¿Ya no se valora la creatividad cinematográfica? ¿De quién es la culpa? ¿Productoras sin valor? ¿Guionistas sin talento? ¿Consumidor fácil y altamente impresionable? ¿Hemos perdido el gusto por el cine?
Publicado en: Reflexiones Storytelling
Etiquetado: cine contenidos creatividad storytelling