DESDE 2015
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Supervisor Creativo en la agencia de innovación creativa FLUOR Lifestyle. Profesor de conceptualización creativa del Posgrado en Branded Content y Transmedia Storytelling. Conferenciante en lugares como la Universidad Complutense de Madrid o ICADE. Ha trabajado para marcas como ING, Movistar+, NBCUniversal, Pescanova, Control o la RAE.
Hace un tiempo, absorto en mis redes sociales, me topé con un artículo de un medio cinematográfico donde anunciaban los estrenos que llegarán a la gran pantalla española durante el 2017.
Como buen aficionado al séptimo arte me vi obligado a bucear entre las fotos de promoción de las películas y mi desilusión no pudo ser mayor. Por deformación profesional, publicitario de capa y espada, siempre busco un toque de originalidad en las películas para decidirme a verlas y es aquí donde encontré el problema. Algo que ya intuía y nunca me había atrevido a poner a debate.
La cartelera de este año cuenta con 232 películas (la lista completa se puede consultar aquí). Bien, de todas éstas 138 son remakes, adaptaciones o segundas partes (¡incluso octavas como en el caso de Fast and Furious!) de historias que ya hemos visto. No falte anotar que la mayoría de apuestas originales proceden del cine independiente, del cual, como ya sabemos, pocas producciones acabarán en la gran pantalla del público generalista o las grandes distribuidoras. Tan solo el 40,5% de todos estos films cuentan con cierto grado de novedad. ¿Qué les está pasando a los guionistas? ¿Ya no se valora la creatividad cinematográfica? ¿De quién es la culpa? ¿Productoras sin valor? ¿Guionistas sin talento? ¿Consumidor fácil y altamente impresionable? ¿Hemos perdido el gusto por el cine?
El problema grave no es solo éste, y es que nos cercioramos de ello al echar la vista atrás y observar cómo crece la inversión cinematográfica año tras año y que hay más historias repetidas conforme avanza la financiación y, lo más importante, la facturación.
Es fácil vislumbrar que las big six majors pasaron de facturar conjuntamente en 2013 9.059,5 millones de dólares a facturar en 2016 9.848,5 millones de dólares, un crecimiento más que notable.
Fuente: elaboración propia. Datos en millones de dólares.
En 2014 se estrenaron un total de 377 filmes en la cartelera nacional. Sin contar documentales puros, de todas ellas 71 eran reediciones, adaptaciones o segundas partes. En 2015 la cifra ascendió a 403 películas estrenadas, con un total de 67 no originales. En el último año, 2016, el montante de estrenos en España sumó 402 cintas y contó con sólo 64 historias antiguas, un buen año al parecer. Este año, como ya he expuesto, hay confirmadas 232 con un total de 138 guiones adaptados, el peor dato hasta la fecha.
Siempre que aparece una segunda parte o un remake el comentario es fácil, “quieren hacer caja” solemos decir. Pero, ¿por qué? La respuesta parece obvia, en épocas de crisis, las productoras tienen que apostar por valores seguros para cerciorarse de no perder dinero y ser rentables a toda costa, siempre haciendo prevalecer el dinero sobre la originalidad.
Pero, ¿es verdad que este tipo de películas generan más beneficios? Alto y claro podemos decir que sí. Partiendo de que en 2017, a día de hoy, la película que más caja ha hecho en taquilla a nivel mundial es “xXx: reactivado”, la tercera parte de la saga que protagoniza Vin Diesel como un 007 venido a menos. Esta misma tesitura se aprecia claramente al ver que Buena Vista Motion (propiedad de The Walt Disney Company) ha sido la compañía que más facturó durante el 2016 y que de las diez películas que más ingresos le generaron, ocho son nuevas versiones o continuaciones de las historias. Es curioso ver como no hay quien escape de esta corriente: en 2016, 16 de las 20 películas más taquilleras a nivel global son reediciones o adaptaciones, contando que dos de esas 20 nunca se estrenaron en España. El número se reduce al mismo porcentaje en 2015, donde ocho de las diez que más beneficios generaron no eran originales.
Entonces, la cuestión pasaría a ser por qué la creatividad no genera tantos beneficios como lo convencional. Y es ahí cuando la culpa vuelve a transferirse al espectador y podríamos entrar en la eterna pregunta: ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? Y seguir así para siempre.
Como se suele decir, sobre gustos no hay nada escrito, pero ya sabemos que a veces cuando alguien consigue la autoridad suficiente, le permitimos escribir sobre gustos. Este es mi caso con la plataforma ‘Filmaffinity’, donde apoyo mi posición sobre la mala calidad de muchas de estas películas no originales, Aquí podemos ver como, retomando, ‘xXx: reactivado’ obtiene una calificación en esta plataforma de 4’3 sobre 10. ‘Capitán América: Civil War’ recibe un, para mi gusto exagerado, 6’8. Difícil tesitura ahora, ¿eh? Ninguna de las películas más taquilleras de los dos últimos años llegan siquiera al notable.
En cambio la película con más nota de 2016 es una original: La La Land La ciudad de las estrellas, lo cual parece que nos hace ver un destello de luz entre la niebla. Es obligatorio, también, remarcar que de las últimas diez películas con el Oscar principal sólo tres no contaban con un guión original.
Llegados a este punto, ¿podríamos pensar que los contenidos de calidad no están hechos para el gran público? En mi caso personal, no puedo soportar creer que la mediocridad es la ley imperante porque nosotros, consumidores, lo permitimos e incluso lo premiamos con nuestra asistencia.
Lo que sí sé es que el cambio siempre está en la mano de los consumidores. Así que a excepción de Star Wars y la secuela de Blade Runner (hay veces en las que la emoción supera a la razón) reniego de ver ninguna de estas películas y así poder aportar mi pequeño granito de arena a favor de las nuevas historias y la creatividad.
Porque sí, Hollywood, tú antes molabas y ojalá vuelva a ser así.
Publicado en : Reflexiones Storytelling
Etiquetado: cine contenidos creatividad storytelling