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Hace un tiempo, absorto en mis redes sociales, me topé con un artículo de un medio cinematográfico donde anunciaban los estrenos que llegarán a la gran pantalla española durante el 2017.
Como buen aficionado al séptimo arte me vi obligado a bucear entre las fotos de promoción de las películas y mi desilusión no pudo ser mayor. Por deformación profesional, publicitario de capa y espada, siempre busco un toque de originalidad en las películas para decidirme a verlas y es aquí donde encontré el problema. Algo que ya intuía y nunca me había atrevido a poner a debate.
La cartelera de este año cuenta con 232 películas (la lista completa se puede consultar aquí). Bien, de todas éstas 138 son remakes, adaptaciones o segundas partes (¡incluso octavas como en el caso de Fast and Furious!) de historias que ya hemos visto. No falte anotar que la mayoría de apuestas originales proceden del cine independiente, del cual, como ya sabemos, pocas producciones acabarán en la gran pantalla del público generalista o las grandes distribuidoras. Tan solo el 40,5% de todos estos films cuentan con cierto grado de novedad. ¿Qué les está pasando a los guionistas? ¿Ya no se valora la creatividad cinematográfica? ¿De quién es la culpa? ¿Productoras sin valor? ¿Guionistas sin talento? ¿Consumidor fácil y altamente impresionable? ¿Hemos perdido el gusto por el cine?
Publicado en: Reflexiones Storytelling
Etiquetado: cine contenidos creatividad storytelling